Cada vez más tempranamente los niños tienen su propio teléfono móvil, ya sea porque los padres, en su afán de sobreprotección, alegan a favor del celular que así pueden tener localizados a sus hijos, o bien porque si el niño no lo tiene sería el único de su grupo de amigos y podría sentirse discriminado.
Sin embargo, los celulares presentan una serie de inconvenientes que no compensan los beneficios atribuidos. Según un estudio elaborado para el Defensor del Menor de Madrid, al gasto continuo que supone el celular, hay que añadir que un porcentaje significativo de chicos y chicas entre 11 y 17 años presenta problemas de concentración en el Colegio, a veces ansiedad y empobrecimiento del lenguaje y, además, adoptan conductas de adultos y no viven su niñez de forma plena. Si bien los expertos señalan que los niños y las niñas no necesitan móviles da
do que la mayor parte del tiempo están con los padres o en el colegio, y desde allí se pueden comunicar con la familia, es recomendable que los padres les enseñemos a hacer un uso racional de este: utilizarlo sólo cuando se necesite, dejarlo en casa entre semana, llevar un control del gasto, etc.
Pero este debate no se ha limitado al ámbito familiar, sino que ha trascendido al ámbito educativo, donde en los últimos años se ha desarrollado un tipo de violencia escolar en la que el celular es el arma utilizada. Por ello, la Comunidad de Madrid elaboró el pasado mes de febrero un borrador de buenas conductas escolares entre las cuales se prohíbe el uso del teléfono móvil en las aulas y se establece la expulsión a quienes graben o difundan agresiones o humillaciones
Sin embargo, los celulares presentan una serie de inconvenientes que no compensan los beneficios atribuidos. Según un estudio elaborado para el Defensor del Menor de Madrid, al gasto continuo que supone el celular, hay que añadir que un porcentaje significativo de chicos y chicas entre 11 y 17 años presenta problemas de concentración en el Colegio, a veces ansiedad y empobrecimiento del lenguaje y, además, adoptan conductas de adultos y no viven su niñez de forma plena. Si bien los expertos señalan que los niños y las niñas no necesitan móviles da

Pero este debate no se ha limitado al ámbito familiar, sino que ha trascendido al ámbito educativo, donde en los últimos años se ha desarrollado un tipo de violencia escolar en la que el celular es el arma utilizada. Por ello, la Comunidad de Madrid elaboró el pasado mes de febrero un borrador de buenas conductas escolares entre las cuales se prohíbe el uso del teléfono móvil en las aulas y se establece la expulsión a quienes graben o difundan agresiones o humillaciones
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