Hace muchos años, un Emperador Chino, preocupado porque vía venir la muerte, decidió hablar con su hijo para que eligiera una esposa. La futura emperatriz debía ser una mujer muy virtuosa, por lo que el padre convocó a muchas jóvenes.
Al poco tiempo, muchas muchachas se presentaron. El Emperador dio una semilla a cada una y les dijo:
– Ustedes deberán sembrar esta semillita y la tienen que regar y cuidar hasta que crezca. Deberán regresar en la primavera, y la que tenga la planta con la flor más hermosa se convertirá en la esposa de mi hijo.

Al poco tiempo, muchas muchachas se presentaron. El Emperador dio una semilla a cada una y les dijo:
– Ustedes deberán sembrar esta semillita y la tienen que regar y cuidar hasta que crezca. Deberán regresar en la primavera, y la que tenga la planta con la flor más hermosa se convertirá en la esposa de mi hijo.
Sheila Lee era una de las jóvenes candidatas, y al llegar a su casa tomó la semillita y la sembró. Pasaron algunos días y nada sucedía. A pesar de que la regaba diariamente, no brotaba ni siquiera un solo tallito. Muy entristecida, volvió al Palacio el día y a la hora indicada. Mas grande fue su pena cuando vio que todas las candidatas llevaban entre sus manos una planta con diferentes flores, frescas y muy hermosas.
El Emperador pasó entre todas las damas y elogió las hermosas flores que llevaban. Cuando llegó junto a Sheila, quien cabizbaja y melancólica vio que los ojos del Emperador brillaban, éste le dijo:
– Amada niña, tú te casarás con mi hijo y serás Emperatriz.
– Pero, majestad, si mi semilla es la única que no ha florecido – dijo Shiela.
– Pero, majestad, si mi semilla es la única que no ha florecido – dijo Shiela.
Y el Emperador respondió:
– Sí, porque todas las semillas que repartía estaban tostadas y ninguna podía florecer. Así que, por tu honestidad, te elijo como la futura Emperatriz.
– Sí, porque todas las semillas que repartía estaban tostadas y ninguna podía florecer. Así que, por tu honestidad, te elijo como la futura Emperatriz.
Adaptado de: Valores para vivir. Un Programa Educativo.
UNICEF, México, 1999
UNICEF, México, 1999
Pueden responder junto con sus hijos las siguientes preguntas:
¿Cómo demostró Sheila que era una muchacha honesta?
¿Qué significa para ti la honestidad?
¿Crees que todas las personas de tu entorno son honestas?
¿Cómo habrías actuado tú si hubieras estado en el lugar de Sheila Lee? Y con esta interrogante puedes invitar a tu hijo a crear otra historia a partir del mismo cuento, o continuarlo permitiendo que cree otros ejemplos de cómo ser honestos.
¿Cómo demostró Sheila que era una muchacha honesta?
¿Qué significa para ti la honestidad?
¿Crees que todas las personas de tu entorno son honestas?
¿Cómo habrías actuado tú si hubieras estado en el lugar de Sheila Lee? Y con esta interrogante puedes invitar a tu hijo a crear otra historia a partir del mismo cuento, o continuarlo permitiendo que cree otros ejemplos de cómo ser honestos.
interesante el texto
ResponderEliminarGracias por comentar
Eliminara mi si por que hay que ser honesto porque cundo llegue nuetro dia hay que ser honestos con dios
ResponderEliminartienes rason
Eliminarno entediste porque no le prestate atencion bien
ResponderEliminarenseña mucho
ResponderEliminares verdad esta buenisimo
Eliminarsi no les gusto , o si les parecio aburrida por que tienen que comentar , pues no le encuentro la logica
ResponderEliminarCállate si no le gusta a comente para que activa los comentarios.
EliminarTodos tenemos libre expresión
Que lindo cuento
ResponderEliminarHacer trampa(las otras candidatas habían cambiado las semillas)nunca te dará la victoria definitiva.
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