Un día leí que el
hogar es ese lugar al que siempre quieres regresar. Eso ha sido para mí la
Universidad Central de Venezuela. Desde hace más de una década te he querido en
mi vida antes de que supieras de mi existencia, un día tuve la oportunidad de
guiñarte el ojo y decidiste aceptarme en tu Escuela de Psicología, enviaste un
mensajero a buscarme y llena de escepticismo por la sorpresa y la emoción me
dirigí hacia ti y comencé un capítulo en mi vida imposible de olvidar, fue la
transformación total del ser que había sido hasta el momento, diría entonces
que mi vida se distingue entre antes y después de mi paso por la UCV.

casa que vence la sombra” y es el legado que
dejaste en mí.
Al salir de ti, no
solo me fui con un título, me llevé mucha madurez, salí fortalecida para vivir
la vida, sumaste en mí valores muy fuertes que se arraigaron más que en mi
mente en lo más profundo de mi alma y que han sido los que han guiado mis pasos
siempre.
Hoy regreso a tus
aulas en una región que me dio cobijo casi inmediatamente después que me
dijiste serena y radiante, con las nubes de testigo “Ya estás lista para seguir
tu camino y continuar con el legado que les dejo a todos los que me demuestran
sincero su amor”. Todo buen hijo regresa a su hogar, en este caso a mi segundo
hogar, mi casa de estudio. Entré después de casi una década diciendo con
orgullo he vuelto a casa, soy Ucevista, U U U C V
Nos veremos de frente,
nuevamente con las nubes de testigo y esperaré que me digas serena y orgullosa,
sigue con mi legado y disipa la sombra de la ignorancia de tu ser con la luz
del conocimiento.
Gracias por recibirme
otra vez…
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